Ayer fue día del niño
en México, es preocupante como el ejemplo que puso Jesús ante sus discípulos
diciendo: “Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De
cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el
reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es
el mayor en el reino de los cielos”, hoy día pudiera parecer NO RELEVANTE.
La sociedad, los medios y los estándares de la expectativa
humana, tienden a “madurar” a los niños, causando una adolescencia prematura, y
además en muchos casos una fijación permanente a esa adolescencia durante la
vida psicológica adulta.
Vemos como hoy día los niños son arrojados a la violencia,
sexo, abuso de sustancias, la indisciplina y todo lo necesario para ser
delincuentes; y no solo en las comunidades criminales, sino en casa, en la
escuela y en los parques públicos, a través del ejemplo de los padres, los
medios y el tan marcado individualismo que se ha fomentado en estos días.
Pero… ¿sigue siendo un niño ejemplo de humildad, de confianza,
y de fe? La respuesta es sí.
Se requiere mucha humildad para aceptar el injusto modelo de
“maduración” prematura que se está imponiendo a los niños; se requiere ser
traicionado en la confianza cuando se pide a los niños confiar en los adultos
que están obrando mal, y una fe ciega…
Precisamente, este es el punto, Jesús dijo, que si un ciego
guía a otro ciego ambos caerían en el pozo; es tiempo de andar en la luz como
Cristo nos llamó a andar, entonces encontraremos que todavía son relevantes las
palabras del Maestro, será un bien para nosotros y para nuestros hijos,
hermanos, sobrinos, etc;
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