EJEMPLO VIVO
(La coherencia).
Preocupa
a todo padre de familia educar a los hijos. Se ha vuelto algo no exclusivo de
la escuela, implica el carácter, los valores y el sentido de humanidad que aún
dentro de la propia familia. No en todos los hogares hay hijos delincuentes,
pero es indudable que la línea entre lo correcto e incorrecto es cada vez más
borrosa en esta sociedad. ¿Puede establecerse un fundamento sólido sobre el
cual educar a nuestros hijos?, ¿La sola razón, es base suficiente para crear
ese fundamento?, y más relevante resulta la pregunta ¿Podemos trasmitir ese
fundamento no solo con argumentos, sino con un ejemplo vivo y poderoso?
Un
ejemplo de incoherencia en la educación de los hijos, es el que tiene que ver
con conductas malas que practican los padres y que con solas razones quieren
convencer a los hijos de no hacerlas. Causan una reacción de rebeldía en los
hijos, ¿Por qué tu sí y yo no? Preguntan, y la inadecuada respuesta es “Porque
yo soy tu padre/madre”, causando aún más aversión por la figura paterna o
materna. Quisiera compartir con usted, la postura de la Biblia; primeramente
exponiendo el caso de un padre de familia que produjo un cambio radical en su
casa:
San
Lucas (Cap. 19:1-10), relata la historia de un hombre llamado Zaqueo, que
trabajaba en la tesorería del estado y era corrupto como cualquier cobrador de
impuestos de su época, sin embargo, este hombre manifestó la voluntad de buscar
a Jesús, y sin hacer caso del ridículo sube a un árbol para ver a Jesús, Jesús
lo vió y le dijo que irá a comer con él a su casa, y este importante encuentro
lleva al hombre a decidir creer en Cristo, y tomar decisiones evidenciando
arrepentimiento, al decir “Señor, he aquí la mitad de mis bienes doy a los
pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuatro veces”. No
se menciona que dijo Jesús para que tomara estas decisiones, pero no hace falta
porque todo lo necesario para tomar decisiones acordes con la voluntad de Dios
está en el resto del evangelio; lo que si dice Jesús son las siguientes importantes
palabras “HOY HA VENIDO LA SALVACIÓN A ESTA CASA…”
El
mensaje es claro, el primer paso para tener COHERENCIA y trasmitir un
fundamento sólido a los hijos, no es una serie de “razones para comportarse
adecuadamente”, sino arrepentirnos de nuestras faltas y comenzar a obedecer las
enseñanzas de nuestro Señor Jesús, lo que implica un cambio de entendimiento
respecto de la moral y religión contemporáneas, que se basan en costumbres,
ritos y opiniones de “expertos”, hay que acudir a depositar la confianza en
Cristo para el perdón de nuestra faltas y para reencaminar la perspectiva de la
vida conforme a la palabra de Dios.
Lo
anterior, nos lleva al problema de establecer bases para un conjunto de
conductas que reflejen ese arrepentimiento, ¿Cómo alcanzar la COHERENCIA entre
lo que la biblia dice que debo hacer y mis actos? Otra vez, la clave está en
confiar en Dios, San Pablo, con todo y que era Apóstol de la Iglesia Cristiana,
llegó a exclamar “miserable de mí, ¿Quién me librará de mis propios impulsos?”
(Rom. 7:24) pero la clave la da él mismo al decir (Rom. 8:6) “Porque el
ocuparse de los impulsos carnales es mortal, pero el ocuparse de la comunión
con el Espíritu de Dios es vida y paz”.
San Juan Bautista, predicaba el arrepentimiento para
el perdón de pecados, y decía “Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él
(Jesús) os bautizará con Espíritu Santo”. (Marcos 1:8); es ocuparse de las
cosas de Dios lo que permitirá que Él mismo con su poder y sabiduría vaya
modelando nuestro carácter hasta hacer de nosotros personas COHERENTES con
Dios, por eso San Pablo dice: “... ninguna condenación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de
la ley del pecado y de la muerte”. (Rom. 8:1-2). La COHERENCIA basada o
fundamentada en el poder de Dios que obra en aquellos que se ocupan de
buscarle, creerle y disponerse a obedecer su voluntad es una COHERENCIA basada
en la obra de Dios mismo en el carácter humano, Jesús dijo: “El que cree en mí,
como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir
los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque
Jesús no había sido aún glorificado”. (Juan 7:38,39). El Espíritu de Dios se
encarga de formar en los creyentes el carácter y la manera de ser de Cristo,
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor”. (2ª Co. 3:18).
Arrepintámonos y volvamos al Señor, el traerá para nosotros el poder de vivir en la realidad, para nosotros y para los nuestros.
Arrepintámonos y volvamos al Señor, el traerá para nosotros el poder de vivir en la realidad, para nosotros y para los nuestros.
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