lunes, 8 de abril de 2013

El Dios del Pacto


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Existen teologías que niegan la existencia de un tema común en la Biblia, conciben la experiencia religiosa en cada autor bíblico como una vivencia propia, y que a partir de allí, se construyen diversas teologías en la experiencia personal de cada autor, no podemos negar que la relación con Dios en cada persona tiene su propia impronta; pero sería una visión subjetivista arribar a la conclusión de que la experiencia religiosa solo es personal, y no tiene una ilación, propósito, tan universal como lo es Dios mismo.

TEOLOGÍA BÍBLICA DEL PACTO:
Un modelo muy recurrido es la teología del pacto, es decir el paradigma de una teología que englobe al A.T. y al N.T. en un solo tema, es la manera en que Dios se da a conocer y relacionar con el hombre a través de pactos.
                Validación bíblica de la postura:
Desde el N.T. en Hebreos tenemos el capítulo 8:7-13 nos hace hincapié en la palabra διαθήκη, (que se traduce por pacto o testamento), el pasaje se refiere a dos pactos, el pacto de Dios en Abraham que puede resumirse en la idea “me seréis por pueblo y Yo os seré por Dios”, y el pacto en Cristo es el nuevo o renovado, no como algo ajeno al anterior, sino perfeccionado.
Esta interpretación de Hebreos, no es una doctrina desconocida entre la literatura apostólica, sino que se valida como un paradigma teológico global, primeramente por Jesús (Mt. 26:28; Mc. 14:24; Lc. 22:20; Hech. 3:25-26; 2ª Co. 3:6-14; Gal. 3:17; Ef. 2:12).
La validación en el A.T. en sentido histórico la encontramos en Lv. 26:42 en donde se señala la vínculo generacional del pacto abrahámico, donde la versión griega del A.T. (LXX o septuaginta), usa el mismo vocablo διαθήκη, que se refiere al equivalente hebreo berith (בְּרִית) pacto. Se valida en el sistema veterotestamentario, en Gén. 15, 17; Ex. 24; Deut. 5:2; 28:69; luego en sentido profético señalando a Cristo y su Espíritu; encontramos Jeremías 31:31-33 que es el verso citado en Hebreos 8. Esta idea profética la encontramos repetida en Is. 42:6; 59:21; 61:8; Mal. 3:1.
Se comprueba la solidez del modelo, y en este sentido hablar de pacto como un paradigma para hacer teología bíblica resulta un buen fundamento.
Aunque hacer un acercamiento al modelo, puede ser muy extenso; por la brevedad del artículo haremos alusión a algunos de los elementos más relevantes del pacto:
1.       Dt. 9:9, 15 la expresión “tablas de la ley” en el original hebreo son “tablas del pacto”.
2.       Dt. 10:8; 31:9; Jos. 3:6 refiere al “arca del pacto”.
3.       Ex. 24:8 habla sobre la “sangre del pacto”.

1.- LAS TABLAS DEL PACTO:
La expresión “tablas de pacto”, que son otra cosa que los mandamientos que se le dieron a Moisés grabados en piedra, aparece en un pasaje donde se esclarecen aspectos muy importantes sobre la actitud de Dios en el establecimiento del pacto de la salvación. Lea el pasaje y observe los siguientes aspectos importantes:
Dios va a cumplir su palabra con una generación distinta a la original. (Deut. 9:1-3).
Motivación de Dios: Por la justicia de Dios (no por tu justicia) sino por la impiedad de los paganos y para confirmar su palabra que fue jurada a Abraham. (Deut. 9:4-5).
                               HOREB.
Contraste entre la rebeldía del pueblo y las “tablas del pacto” (Deut. 9:6-8).
EL PACTO ROTO… (DEUT. 9:9-19 se rompen las TABLAS DEL PACTO). El sacerdocio contaminado y pecado generalizado. (Deut. 9:20-21)
                               TABERA, MASHA, KIBROT HATAAVA
                               Obstinación en provocar a Dios. (Deut. 9:22-24)
                Intercesión y motivo: (Deut. 9:25-29)
1.       Acuérdate de Abraham
2.       Tu Nombre: “SEÑOR” (su justicia propia).
Se debe percibir la estructura del pasaje, en medio, esta LAS TABLAS DEL PACTO, como sello de fidelidad, a ambos lados de esta expresión esta la provocación de Israel, y a ambos lados de las provocaciones de Israel, están las motivaciones de Dios; su propia Gloria, y su pacto con Abraham.
(Vaughan Roberts, 2008); explica que la promesa a Abraham, se cumple en el A.T. de manera parcial, a través de la entrega de la tierra de Canaán al pueblo de Israel; y a través de el establecimiento de un pueblo numeroso, como lo era Israel. Pero queda pendiente un elemento: “en ti serán benditas las familias de la tierra”. (Gen. 12:3). Para Vaughan, este elemento se cumple en Cristo. (Hech. 3:25-26; Ef. 3:14-21).
Este pacto entonces, tiene como sello de fidelidad las “tablas de la ley”; que en el pacto renovado de Cristo se prefigura como el Espíritu Santo. (Ro. 7:6) lo cual se anuncia proféticamente en Jeremías 31:31-33.

2.- EL ARCA DEL PACTO:
El arca del pacto, era símbolo de la presencia de Dios con su pueblo; representa la Gloria de un Dios Santo inaccsesible para el hombre común y pecador; y que es la heredad de los que le sirven; pero luego marca un contraste inusitado cuando se presenta como un Dios que acompaña a su pueblo y cuyo poder y Gloria se manifiesta en hombres comunes, pero santificados, usando un símbolo numerológico muy intresante, el 12.
Vea los contrastes entre Deuteronomio 10 y Josué 3. Pero la transición se encuentra en Deuteronomio 31; donde se puede ver un patrón con una constante y un desarrollo:
Deuteronomio 10
Deuteronomio 31
Josué 3
SANTIDAD.
Solo a sacerdotes, que serán santificados para tener el Arca y por lo tanto no tienen otra heredad por que su porción es YHWH.
Ellos ciudan de la Ley (tablas del pacto).
El pueblo se presenta como “duro de cerviz”.
El papel de los sacerdotes es compartir lo que hay en el arca (las tablas del pacto) para que el pueblo sea santo.
Moisés profetiza la entrada a Canaán, pero ya no es el mismo pueblo.
Ahora será líder Josué, pero Moisés advierte que el pueblo es “duro de cerviz”.
Josué tiene al Arca como testimonio de la presencia de Dios con él (igual que con Moisés).
Los levitas siguen guardándola, pero se da participación al pueblo (número 12 uno de cada tribu).
Ahora los sacerdotes que la cargan no solo explican la ley, evidencian el poder de Dios, para que el pueblo crea.

Se da un relato ulterior sobre el arca del pacto; pero para fines de nuestra clase resulta innecesario ahondar en él; es más importante notar el parangón que hace Jeremías con el símbolo del pacto cuando dice: (Jeremías 3: 16 – 17) “Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra. En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón”. Aquí lo que se profetiza es la presencia de Dios ya sin símbolos; venciendo el pecado en el lugar de Dios; Apocalipsis 11:19, nos da esa pauta; mostrando la esperanza del Reino de Dios en la cual morará su presencia en una comunión total con un pueblo que anda conforme al corazón de Dios.

3.- LA SANGRE DEL PACTO.
Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. Ex. 24:8.
El contexto del pasaje es muy amplio, suficiente como para discurrir durante muchas páginas, sin embargo, nos centraremos en un solo aspecto, la sangre que tomó Moisés era la sangre de las “sacrificios de Paz” a que refiere el verso 5 del mismo capítulo.
Para comprenderlo, debemos atender al concepto de “sacrificios de paz”; esta a diferencia del sacrificio por el pecado o de expiación; tiene la característica de ser voluntaria, servía para hacer un voto o una acción de gracias, se daba entre los dignatarios de los reinos como regalo antes de firmar un pacto o hacer una petición; en el caso de este pasaje, es claro que cuando se vincula a la expresión “sangre del pacto” se está tratando de la idea de cerrar un compromiso con Dios. Lo cual queda establecido cuando leemos en el pasaje la expresión “obedeceremos”, luego Moisés sella el pacto rociando la sangre en el altar y luego sobre el pueblo.
Una nota distintiva es que “Era posiblemente la forma más antigua de sacrificio y se celebraba juntamente con una comida fraternal” y “finalmente, los oferentes celebraban la fiesta de comunión, no sin antes haberse purificado ellos y sus huéspedes para poder comer y regocijarse delante del Señor”; “Su propósito era expresar la paz, en su sentido máximo: comunión con Dios en su servicio, y comunión de unos con los otros. Generalmente el sacrificio de paz no se ajustaba a tiempos fijos y se distinguía por su carácter festivo y alegre”.
Es también claro, que además de una ofrenda para un voto, tenía el carácter festivo del compañerismo con Dios y con los hombres; vea V. “8. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. 9. Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; 10. Y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. 11. Más no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron”.
La violación al pacto es inminente, en Éxodo 32, se nos señala como el pueblo adora a un becerro llamándolo su Dios; en ese mismo sentido vamos a ver Amos 5:20-24; Dios no quiere “ver” (considerar o tomar en cuenta) las ofrendas de paz, por que su sentido se ha quebrantado, se entienden como una forma de conveniencia, para obtener el favor de dios; es decir su contenido festivo sigue, y se le sigue dando el sentido de un regalo para obtener un favor; pero YA NO HAY COMPROMISO, por que le ofrecen a otros dioses y no SOLO A JEHOVÁ. El pacto se ha roto.

La idea de la Sangre del pacto, toma relevancia en el Nuevo Testamento, cuando Jesús dice "esta es mi sangre del nuevo pacto..." (1a Co. 11:17-26), y el hecho de que lo mencione precisamente en la pascua, en un lugar donde todos comen juntos; hace más claro que su sacrificio de paz tiene como fin cerrar un trato entre Dios y los hombres; su plan de salvarnos.




Carró Daniel et al. 2004. Comentario Bíblico Mundo Hispano. Tomo III. Levítico, Números y Deuteronomio. Ed. Mundo Hispano. Colombia.
Nelson, Wilton M., 1998, Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia. Ed. Caribe. Costa Rica.

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